El autoconsumo colectivo es una práctica cada vez más extendida en España, especialmente en comunidades de vecinos que buscan reducir sus facturas de electricidad y mejorar la sostenibilidad de su edificio.
El autoconsumo colectivo tiene las mismas bases de funcionamiento que el autoconsumo eléctrico individual, salvo que la energía producida por los paneles solares, o otras instalaciones de energía renovable, se distribuye entre los distintos vecinos del edificio según sus necesidades y acuerdos de reparto.
En este sentido, la energía generada puede ser aprovechada en el momento en que se produce, almacenarse en baterías para su uso posterior o verterse a la red eléctrica general.
El autoconsumo colectivo ofrece múltiples beneficios tanto para la comunidad de vecinos como para el medio ambiente. Entre los principales beneficios destacan los siguientes:
La producción de energía mediante una instalación de autoconsumo colectivo supone un consumo reducido de electricidad procedente de la red eléctrica general, por lo que el importe en la factura de luz se ve reducido.
El autoconsumo eléctrico se basa en la generación de energía limpia gracias al uso de fuentes renovables como el sol o el viento. Por lo tanto, el sistema tiene un nivel muy bajo en emisiones y contribuye a reducir la huella de carbono individual.
Al compartir la energía generada, se crea una red de energía descentralizada que no solo aumenta la independencia energética de cada hogar, sino que también contribuye a la resiliencia del sistema energético en su conjunto. En caso de interrupciones en la red eléctrica convencional, los hogares pueden continuar obteniendo energía de su sistema de autoconsumo colectivo.
La instalación de un sistema de autoconsumo colectivo mediante paneles solares en un edificio, puede aumentar su valor de mercado y mejorar su imagen como edificio sostenible y con impacto positivo sobre el medio ambiente.
Una persona no puede tomar sola la decisión de instalar placas solares en el tejado de un edificio con otros propietarios. El autoconsumo colectivo conlleva acuerdos entre estos. A continuación te dejamos algunos ejemplos:
Instalación individual para una sola vivienda
Se requiere el acuerdo de 1/3 de las personas propietarias.
Instalación colectiva (varios vecinos van a disfrutar de la misma instalación) e instalación comunitaria (para usos comunes como la iluminación de escalera, ascensor, etc.):
Se necesita la aprobación de la mitad más uno de los propietarios.
Para poner en marcha el autoconsumo colectivo para una comunidad de vecinos, es necesario cumplir con al menos uno de los requisitos siguientes:
Y si quieres ir más allá también puedes disfrutar del autoconsumo colectivo sumándote o creando tu comunidad energética. Te contamos cómo en este artículo. ¡No te lo pierdes!